La constipación consiste en la dificultad para eliminar las heces (duras o secas), la cual se puede manifestar a través de deposiciones escasas, difíciles de expulsar o demasiado infrecuentes y dolorosas.
La constipación no es una enfermedad sino un síntoma y en las personas que padecen este trastorno, la evacuación del intestino se produce menos de tres veces por semana y puede resultar un momento difícil y hasta doloroso.
Es una constipación pasajera, puede estar acompañada de flatulencias (eliminación de gases), sensación de saciedad, malestar y dolores del abdomen. Generalmente está ligada a cambios de hábitos de vida.*
Es aquella que se presenta por períodos prolongados, más de tres meses. Está asociada a malos hábitos de vida extendidos en el tiempo.**
No existe una regla que diga cuantas veces por día o por semana debe producirse la evacuación del intestino y además no hay ninguna ventaja por tener deposiciones más frecuentes. La frecuencia es absolutamente propiedad de cada individuo y dependerá de distintos factores.
Las mujeres suelen ir con menor frecuencia al baño, lo cual está dado básicamente por factores hormonales. Estos afectan los movimientos del intestino dificultando la evacuación de las heces.
El alto consumo de alimentos con grasas puede generar menor frecuencia para ir al baño.
Las personas más ansiosas, estresadas y aceleradas suelen tener deposiciones más frecuentes.
A mayor edad, la frecuencia defecatoria suele ser menor. El envejecimiento puede ir acompañado de debilidad muscular del piso pélvico, mayor consumo de medicamentos, entre otros.
La fibra la podés incluir en tu dieta como frutas, verduras, legumbres y cereales integrales.
Tomar suficiente agua a lo largo del día ayuda a ablandar las heces y facilitar su paso a través del intestino.
El ejercicio puede estimular el movimiento intestinal y ayudar a aliviar la constipación. Incluye actividades físicas como caminar, correr, nadar o practicar yoga en tu rutina diaria.
Ir al baño a la misma hora todos los días, preferiblemente después de las comidas, para aprovechar el reflejo gastrocólico, que estimula el intestino después de comer.
Los probióticos pueden ayudar a equilibrar la flora intestinal, lo que podría mejorar la regularidad intestinal. Consulta con un profesional de la salud antes de tomar suplementos.
Limita el consumo de alimentos procesados, productos lácteos y alimentos bajos en fibra.
Si lo ignoras, estas favoreciendo la constipación. Responde al impulso natural tan pronto como sea posible.
Si bien algunos laxantes pueden ser efectivos a corto plazo, no deben usarse de manera habitual sin la supervisión de un profesional de la salud, ya que pueden causar dependencia.
Recordá que estos consejos son generales y podrían no ser adecuados para todas las personas. Si experimentás constipación crónica o problemas persistentes, es importante buscar la orientación de un profesional de la salud para un tratamiento adecuado.